Lectura orante del Evangelio del Martes de la Semana 29 del Tiempo Ordinario: Lucas 12,35-38


¡Auxíliame con tu Espíritu Santo!

¡Auxíliame con tu Espíritu Santo!,
clamo en este momento, Señor,
que al leer tu Palabra en oración,
me dé del Cielo un adelanto,
y que produzca en mi un encanto
que transforme mi corazón,
para que lleno de emoción
te anuncie por todos los cantos.

Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Lucas 12,35-38: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!».

b) Contexto histórico y cultural

Jesús instruye a sus discípulos respecto a la alerta confiada en la vuelta del Señor; no puede haber espacio para el descuido cuando el Señor haya salido de viaje y encargado a los suyos del cuidados de sus bienes.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Despiértame

Despiértame, Señor, si me duermo,
y si acaso la alerta me falla
ven corrígeme con una vara;
pues hay que mantenerse despierto
y para recibirte dispuesto
porque es inminente tu llegada.
Si, por no prever, algo faltara,
y en pereza malgastase el tiempo,
después no servirían los lamentos
pues ya no contemplaría tu cara.

3. Oración

Mi lámpara



Para tener mi lámpara encendida
y rebosante de aceite mi alcuza,
Señor, yo te suplico hoy la ayuda:
mantén mi alma por siempre abastecida
de la esperanza en ti, y siempre viva
para que el cansancio nunca me aturda.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A estar alerta en tu espera,
sin descanso y sin cansarme,
me invita tu Palabra de hoy;
por siempre será mi acción,
con tu ayuda Señor.
Amén.