1. Lectura
a) Texto del día
Lucas 7,31-35: En aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado’. Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: ‘Demonio tiene’. Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos»
Lucas 7,31-35: En aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado’. Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: ‘Demonio tiene’. Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos»
b) Contexto histórico y cultural
Luego de haber elogiado a Juan el Bautista, Jesús denuncia a aquellos que no creyeron al Bautista y que le criticaban por su vida austera, quienes a la vez también censuraban a Jesús por lo opuesto, ya que consideraban que la liberalidad manifestada por el Señor en su amistad con publicanos y pecadores no era adecuada.
2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)
En este segundo adviento
En este segundo adviento
En este segundo adviento,
que mucho más es que asomo,
tibieza no haya en nosotros
tampoco, a Dios, desapego.
Pues ya ocurrió en otros tiempos
que el Hijo del que hizo el cosmos
nos vino en misión de apoyo
pero no lo recibieron;
cuando nos hablan de aquellos
no estemos pensando en gnomos
pues muy similares somos
actuando al igual que ellos:
sin alegría ni lamentos,
no hay bailes, tampoco lloros
ni en silencio ni sonoros,
apenas se mueve el viento.
Que ante este inminente evento,
a unanimidad, en coro:
¡no tardes, Señor, ven pronto!,
digamos con sentimiento.
Amén.
que mucho más es que asomo,
tibieza no haya en nosotros
tampoco, a Dios, desapego.
Pues ya ocurrió en otros tiempos
que el Hijo del que hizo el cosmos
nos vino en misión de apoyo
pero no lo recibieron;
cuando nos hablan de aquellos
no estemos pensando en gnomos
pues muy similares somos
actuando al igual que ellos:
sin alegría ni lamentos,
no hay bailes, tampoco lloros
ni en silencio ni sonoros,
apenas se mueve el viento.
Que ante este inminente evento,
a unanimidad, en coro:
¡no tardes, Señor, ven pronto!,
digamos con sentimiento.
Amén.
¡Perdona Señor!
Disculpa mi ofensa, quiero cambiar;
a tu encuentro volver; a ti escuchar;
pues todas tus obras hablan de amor.
¡Cuánto he perdido! ¡Perdona Señor!
Amén.
3. Oración
Ayúdame, Señor,
a imitar tu ejemplo
de aceptación de los marginados;
que yo también pueda acercarme a ellos
y verles como victimas de una sociedad injusta,
en la que tú quieres que colaboremos en su transformación;
además, trabajar para que todos tengan un encuentro contigo.
Amén.
a imitar tu ejemplo
de aceptación de los marginados;
que yo también pueda acercarme a ellos
y verles como victimas de una sociedad injusta,
en la que tú quieres que colaboremos en su transformación;
además, trabajar para que todos tengan un encuentro contigo.
Amén.
4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).
5. Acción
Acercarme a los marginados es mi compromiso hoy;
reconocerme yo mismo como necesitado de un reencuentro contigo
es un complemento de esa acción.
Amén.
reconocerme yo mismo como necesitado de un reencuentro contigo
es un complemento de esa acción.
Amén.