Lectura orante del Evangelio del Sábado de la Semana 25 del Tiempo Ordinario: Lucas 9,43b-45


Danos, Señor, en este momento la plenitud de tu Espíritu Santo para comprender el texto de tu Palabra que oraremos ahora, para que nuestras mentes interpreten rectamente cuanto has querido comunicarnos con el Evangelio de este día, y para que nuestros corazones lo acojan con entusiasmo, de modo tal que lo convirtamos en obra en nuestra vida cotidiana. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Lucas 9,43b-45: En aquel tiempo, estando todos maravillados por todas las cosas que Jesús hacía, dijo a sus discípulos: «Poned en vuestros oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres». Pero ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado de modo que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto.

b) Contexto histórico y cultural

Jesús pronuncia estas palabras del pasaje de hoy luego de haber realizado un exorcismo milagroso como forma de contraponer los signos que sus discípulos están observando en ese momento y el escándalo de la cruz que habrían de presenciar más tarde; pero sus mentes les impedían entender, y no se atrevían a preguntar; el Espíritu se encargaría de ello después de la resurrección.


2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Tu amor está sobre todo

Por qué morir por la gente
pudiendo ganar por fuerza;
tal vez alguno así piensa,
no quiere verte doliente.

Con ese sufrido modo
una enseñanza nos dejas:
¡no importan hoy nuestras penas,
tu amor está sobre todo!

3. Oración

Entendimiento te pido

Entendimiento te pido
al escuchar tu Palabra,
y, como huevo en un nido,
que en mi corazón se abra
para vivir su sentido.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

Prestar atención y pedir tu Espíritu
para entender tus Palabras
es mi acción de este día;
¡habla, Señor, que tu siervo escucha!
Amén.