Lectura orante del Evangelio del Viernes de la Semana 4 de Cuaresma: Juan 7,1-2.10.14.25-30


Auxílianos, Señor, con tu Espíritu Santo en este tiempo que dedicaremos a orar con tu Palabra, para que la podamos interpretar correctamente, y que con entusiasmo no dispongamos a aplicarla en nosotros. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Juan 7,1-2.10.14.25-30: En aquel tiempo, Jesús estaba en Galilea, y no podía andar por Judea, porque los judíos buscaban matarle. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Después que sus hermanos subieron a la fiesta, entonces Él también subió no manifiestamente, sino de incógnito.

Mediada ya la fiesta, subió Jesús al Templo y se puso a enseñar. Decían algunos de los de Jerusalén: «¿No es a ése a quien quieren matar? Mirad cómo habla con toda libertad y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido de veras las autoridades que éste es el Cristo? Pero éste sabemos de dónde es, mientras que, cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es». Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: «Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que me envió el que es veraz; pero vosotros no le conocéis. Yo le conozco, porque vengo de Él y Él es el que me ha enviado». Querían, pues, detenerle, pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.

b) Contexto histórico y cultural

La fiesta de las Tiendas o de los Tabernáculos era una de las tres grandes festividades judías que motivaban peregrinaciones y asistencias masivas al Templo; recordaba la época en que el pueblo habitaba en tiendas, durante la peregrinación en el desierto, camino a la tierra prometida. Jesús ha decidido participar en una de estas fiestas, aunque pretende hacerlo de incógnito para eludir el creciente acoso de parte de muchos judíos.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

En el momento de tu hora

En el momento de tu hora,
en el que pareces silente,
cuando la maldad aflora
y errada se cree triunfante;
pero así pasa a la aurora
cuando apagada parece
pero a la noche derrota
porque la luz siempre vence.
Mejor aún, tu victoria
no es cíclica, es por siempre;
no hay lágrima mortuoria
porque derrota la muerte.

Sea mi actitud decisoria
a Jesús, hoy, conocerle:
el Hijo que, con la gloria
del Padre, por mí es que muere.

Amén.

3. Oración

Hora

Mi Señor, a Ti te llegó tu hora;
a los cristianos le llega algún día,
el que está listo, triunfa sin demora;
te pido que cuando llegue la mía
esté yo más preparado que ahora.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A conocer al Padre
mediante el Hijo,
estoy invitado hoy...
...y siempre.
Eso haré con tu ayuda,
la de tu Espíritu, Señor.
Amén.