1. Lectura
a) Texto del día
Lucas 4,24-30: En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente reunida en la sinagoga de Nazaret: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».
Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.
Lucas 4,24-30: En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente reunida en la sinagoga de Nazaret: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».
Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.
b) Contexto histórico y cultural
Luego que el exitoso inicio de su misión le proporcionara popularidad y reconocimiento, Jesús ha retornado a Nazaret, la ciudad donde creció; allí acude a la sinagoga en sábado, en un ambiente de incredulidad respecto a él. Es entonces que acontece el pasaje de este día, donde sus compueblanos intentan agredirlo al sentir que su nacionalismo extremo ha sido herido.
2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)
Si no nos reciben en casa
Si no nos reciben en casa,
iremos adonde el vecino;
porque este mensaje divino,
es a todo el mundo que alcanza.
No es sólo un asunto de patria
ni únicamente para amigos;
nos convertimos en mezquinos
si nos limitamos a razas.
Vamos a propagar la brasa,
anunciemos por los caminos,
aquel incipiente rabino
que los de su pueblo rechazan
y que ellos creen que fracasa,
es el profetizado Cristo,
del Omnipotente, el Hijo,
que nos ha traído la gracia.
Amén.
Si no nos reciben en casa,
iremos adonde el vecino;
porque este mensaje divino,
es a todo el mundo que alcanza.
No es sólo un asunto de patria
ni únicamente para amigos;
nos convertimos en mezquinos
si nos limitamos a razas.
Vamos a propagar la brasa,
anunciemos por los caminos,
aquel incipiente rabino
que los de su pueblo rechazan
y que ellos creen que fracasa,
es el profetizado Cristo,
del Omnipotente, el Hijo,
que nos ha traído la gracia.
Amén.
3. Oración
Te pido, Señor,
la fortaleza para soportar las contrariedades
en el cumplimiento de la misión evangelizadora;
que tu Santo Espíritu sea siempre el guía y animador
en los momentos de asedio y dificultad.
Amén.
la fortaleza para soportar las contrariedades
en el cumplimiento de la misión evangelizadora;
que tu Santo Espíritu sea siempre el guía y animador
en los momentos de asedio y dificultad.
Amén.
4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).
5. Acción
A no desanimarme en los momentos
de asedio y contrariedad en la misión,
estoy invitado en este día;
cuento con tu ayuda,
Señor, para lograrlo.
Amén.
de asedio y contrariedad en la misión,
estoy invitado en este día;
cuento con tu ayuda,
Señor, para lograrlo.
Amén.