Que el Espíritu Santo nos guíe hoy
al orar tu Santa Palabra, Señor;
y que el mensaje que nos envías
sea germen de una nueva vida
que mediante la conversión
nos conduzca a la salvación.
Amén.
1. Lectura
a) Texto del día
Juan 1,29-34: Al día siguiente Juan ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: ‘Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre Él. Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios».
Juan 1,29-34: Al día siguiente Juan ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: ‘Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre Él. Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios».
b) Contexto histórico y cultural
Después de haber respondido a las acosadoras preguntas acerca de su bautismo formuladas por los sacerdotes y levitas provenientes de Jerusalén, Juan continúa dando testimonio de Jesús. Es un testigo que habla por lo que ha visto, y relaciona su ministerio con la llegada del Salvador, a quien anuncia como ya presente.
2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)
Tu presencia
Tu presencia entre nosotros
me ha anunciado tu vocero;
ha hablado del pecado
que en nosotros está dentro,
pero me ha dado esperanza
con el arrepentimiento;
es por eso que a Ti acudo
porque liberarme quiero.
Ya me habló de tu bautizo:
Espíritu Santo y fuego;
de la redención ha dicho
que, sacrificial Cordero
de Dios, eres para el mundo;
y en ese mismo momento
en mi mente vi la imagen
de una cruz de dos maderos.
A pedirte, arrepentido
ante Ti, hoy, Señor, me atrevo,
que dentro de mi corazón
enraícen esos leños,
reverdezcan, echen flores
y su fruto me haga nuevo.
Amén.
3. Oración
Tu presencia entre nosotros
me ha anunciado tu vocero;
ha hablado del pecado
que en nosotros está dentro,
pero me ha dado esperanza
con el arrepentimiento;
es por eso que a Ti acudo
porque liberarme quiero.
Ya me habló de tu bautizo:
Espíritu Santo y fuego;
de la redención ha dicho
que, sacrificial Cordero
de Dios, eres para el mundo;
y en ese mismo momento
en mi mente vi la imagen
de una cruz de dos maderos.
A pedirte, arrepentido
ante Ti, hoy, Señor, me atrevo,
que dentro de mi corazón
enraícen esos leños,
reverdezcan, echen flores
y su fruto me haga nuevo.
Amén.
3. Oración
Enviado por Dios
Enviado por Dios, nos has traído el fuego
del bautizo, con tu Espíritu profundo;
Señor, refúndeme en tu crisol de nuevo
y el seguimiento a Ti hazlo en mí rotundo.
Amén.
Enviado por Dios, nos has traído el fuego
del bautizo, con tu Espíritu profundo;
Señor, refúndeme en tu crisol de nuevo
y el seguimiento a Ti hazlo en mí rotundo.
Amén.
4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).
5. Acción
Cordero
Cordero, Cordero,
seguirte yo quiero;
y hacerme tu amigo
para ser tu testigo.
Amén.
Cordero, Cordero,
seguirte yo quiero;
y hacerme tu amigo
para ser tu testigo.
Amén.