¡Te di tan poco, Señor Jesús,
pero Tú hiciste de eso algo tan grande!
iSoy tan poca cosa ante Ti,
y me tornaste tan rico!
No conseguí darte
todo lo que hubiese deseado,
ni logré amarte como yo quería y soñaba.
Te di tan poco, de verdad, tan poco,
y con tan poco entusiasmo y alegría.
Sin embargo, Tú sabes que en ese "poco"
yo quise poner todo mi corazón.
Tú ves el fondo de mí mismo,
con mi deseo de darte mucho más:
Como transformas mi pobreza en riqueza,
y mi vacío en plenitud,
toma mi don tal como es,
toma también todo lo que él no es
a fin de que en mí haya entrega total,
con mi propia miseria,
y sea todo de nuevo recreado
por el poder soberano de tu amor. Amén.