¡Oh, qué precioso es el tiempo!
Felices los que saben aprovecharlo,
porque todos, en el día del juicio,
tendremos que dar cuenta rigurosísima de ello al Juez supremo.
¡Oh, si todos llegasen a comprender el valor del tiempo!
¡Seguro que se esforzarían por usarlo de forma digna de encomio!