Himno de la Liturgia de las Horas
Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso
Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.
Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos.
Amén.
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso
Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.
Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos.
Amén.