te estoy hablando,Señor,
y tú me estás escuchando
con talante acogedor.
Tu poder se ve y se toca,
se ve y se toca,Señor.
Tan fuerte como una roca
es tu brazo creador.
El Señor no es rencoroso,
no es rencoroso el Señor.
Su corazón se acongoja
y se derrite de amor.
El Señor siempre está alerta,
siempre está alerta el Señor.
Siempre tiene bien abierta,
nunca se cierra la puerta,
la gran puerta de su amor.
El Señor es generoso,
es dadivoso el Señor.
Es un buen Padre amoroso,
perdonando al pecador.