Oración a María, Madre de los pecadores

De "Las Glorias de María" por San Alfonso María de Ligorio
Madre mía amantísima, ¿cómo es posible
que teniendo madre tan santa sea yo tan malvado?
¿Una madre ardiendo en amor a Dios
y yo apegado a las criaturas?
¿Una madre tan rica en virtudes
y yo tan pobre en merecimientos?

Madre mía amabilísima, no merezco ser tu hijo,
pues me hice indigno por mi mala vida.
Me conformo con que me aceptes por siervo;
y para lograr serlo, aun el más humilde,
estoy pronto a renunciar a todas las cosas.
Con esto me contento, pero no me impidas
poderte llamar madre mía.
Este nombre me consuela y enternece,
y me recuerda mi obligación de amarte.
Este nombre me obliga a confiar siempre en ti.

Cuanto más me espantan mis pecados
y el temor a la divina justicia,
más me reconforta el pensar
que tú eres la madre mía.
Permíteme que te diga: Madre mía.
Así te llamo y siempre así te llamaré.

Tú eres siempre, después de Dios,
mi esperanza, mi refugio y mi amor
en este valle de lágrimas.
Así espero morir,
confiando mi alma en tus santas manos
y diciéndote: Madre mía, madre mía María;
ayúdame y ten piedad de mí. Amén.