Escojo la santidad

Pensamiento de Santa Teresa de Lisieux
Cuando se ofreció ante mis ojos el horizonte de la perfección,
comprendí que para ser santa había que sufrir mucho,
buscar siempre lo más perfecto y olvidarse de sí misma.
Comprendí que en la perfección había muchos grados,
y que cada alma era libre de responder a las invitaciones del Señor
 y de hacer poco o mucho por él,
en una palabra, de escoger entre los sacrificios que él nos pide.
Entonces, como en los días de mi niñez, exclamé:
"Dios mío, yo lo escojo todo.
No quiero ser santa a medias, no me asusta sufrir por ti,
sólo me asusta una cosa: conservar mi voluntad.
Tómala, ¡pues yo escojo todo lo que tú quieres...!"