de la gracia de Dios y de nuestra voluntad de ser santos.
Nos hace tomar en serio el compromiso vital de llegar a la santidad.
«Quiero ser santo» significa:
Quiero desligarme de todo lo que no es Dios,
quiero despojar mi corazón de todas las cosas creadas,
quiero vivir en la pobreza y en el desprendimiento,
quiero renunciar a mi voluntad,
a mis inclinaciones,
a mis caprichos y gustos,
y hacerme el servidor dócil de la voluntad de Dios.