Yo he sentido, Señor, tu voz amante

(Del español Juan de Contreras y López de Ayala (1893-1978))
Yo he sentido, Señor, tu voz amante,
en el misterio de las noches bellas,
y en el suave temblor de las estrellas
la armonía gocé de tu semblante.

No me llegó tu acento amenazante
entre el fragor de trueno y de centellas,
¡al ánima llamaron tus querellas
como el tenue vagido de un infante!

¿Por qué no obedecí cuando le oía?
¿Quién me hizo abandonar tu franca vía
y hundirme en las tinieblas del vacío?

Haz, mi dulce Señor, que en la serena
noche vuelva a escuchar tu cantilena;
¡ya no seré cobarde, Padre mío!