"Despacio. —Mira qué dices, quién lo dice y a quién. —Porque ese hablar de prisa, sin lugar para la consideración, es ruido, golpeteo de latas".
"Dijo el Señor 'No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios', dijo el Señor. —¡Pan y palabra!: Hostia y oración".
"¿Que no sabes orar? —Ponte en la presencia de Dios, y en cuanto comiences a decir: 'Señor, ¡que no sé hacer oración!...', puedes estar seguro de que has empezado a hacerla.
"Me has escrito: 'orar es hablar con Dios. Pero, ¿de qué?' —¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias..., ¡flaquezas!: y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio".
"¿Santo, sin oración?... —No creo en esa santidad."