El segundo Domingo de Pascua es dedicado a la Divina Misericordia. A continuación la oración de consagración del mundo a Jesús de la Divina Misericordia pronunciada por Su Santidad Juan Pablo II, el 17 de agosto 2002 en el Santuario de la Misericordia Divina en Cracovia:
Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre.
Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia, para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza.
Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Amén.
Amén.