Las cenizas

UN POCO DE HISTORIA:

Biblicamente, el significado de las cenizas es de luto y arrepentimiento:

• Así, leemos que cuando Tamar fue violentada por su hermano "puso ceniza sobre su cabeza”.
• Vemos que Job se sienta sobre cenizas.
• El rey de Nínive se sienta sobre cenizas, luego de la predicación de Jonás.
• Luego de aquel grave y conocido pecado, el rey David se acuesta en el polvo cuando su hijo se enferma de muerte.

El uso de las cenizas en la Iglesia es también antigüo. Ya en el siglo IV, los "penitentes públicos" la recibían en sus cabezas; éstos eran los homicidas, adúlteros e idólatras; éstos eran expulsados públicamente de la Iglesia. Un par de siglos después, se convirtió en una práctica inicial de la cuaresma. Es en el siglo XI cuando la imposición de las cenizas es extendida a todos los fieles.

MIERCOLES DE CENIZAS:
Con el rito de la imposición de las cenizas, iniciamos la Cuaresma. En esa oportunidad escuchamos una exhortación que proviene del Evangelio de San Marcos y que es usada luego del Concilio Vaticano II. Se nos dice: "Conviertete y cree en el Evangelio".

Las cenizas son en esencia polvo, es el residuo de la combustión de algo, lo que queda cuando se apaga el fuego; es signo de lo que muere, y representan la brevedad de la vida terrena. Por eso la fórmula antigua del rito, que todavía es ocasionalmente usada, expresaba: "Polvo eres y en polvo te convertirás". Esta expresión está tomada del pasaje bíblico del libro del Génesis: "Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella te sacaron; pues eres polvo y al polvo volverás." (Gn 3,19).

CUARESMA:
El término cuaresma viene de cuarenta. Proviene del tiempo en que Jesús estuvo ayunando en el desierto y fue tentado por el demonio. En la Biblia, este número aparece como prefiguración en varios pasajes del Antigüo Testamento; así vemos los cuarenta días del diluvio, los cuarenta días que Moises estuvo en el monte Sinaí recibiendo las piedras de la ley, y los cuarenta años que el pueblo de Israel estuvo en el desierto antes de entrar en la tierra prometida.

La Cuaresma es un tiempo de arrepentimiento y conversión. En él nos preparamos para meditar y vivir con gran fervor la Pasión de Cristo y su muerte en la cruz para la salvación de la humanidad; este último acontencimiento habrá de ser celebrado en el Triduo Pascual de la Semana Santa. Tanto la Cuaresma, como el Triduo Pascual de la Semana Santa, nos conducen a la Pascua, donde celebramos con alegría la Resurrección del Señor.

SIGNIFICADO DEL RITO DE LAS CENIZAS:

El rito de las cenizas no es magia, tampoco reemplaza el Sacramento de la reconciliación. La ceniza es el símbolo con que expresamos públicamente nuestro pesar y el deseo individual y comunitario de arrepentirnos de lo que hemos estado haciendo. Es un signo de penitencia que manifiesta nuestra condición de pecadores; de este modo le decimos a Dios que estamos arrepentidos, pedimos su perdon y le expresamos que realmente estamos dispuestos a cambiar.

El verdadero luto y arrepentimiento tiene que ser interior: rasgar nuestros corazones en vez de nuestras vestiduras; así reconociéndonos debiles, nos miramos internamente a nosostros mismos; cómo estamos viviendo y actuando. De manera que cada uno pueda considerarse el autor de las profundas estrofas del Salmo  51: “Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado”. Es como decirle a Dios: perdón, cometemos pecado tras pecado, ayúdanos a cambiar Señor.