Vísperas del Viernes de la Octava de Pascua


V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno:

Tu cuerpo es preciosa lámpara,
llagado y resucitado,
tu rostro es la luz del mundo,
nuestra casa, tu costado.

Tu cuerpo es ramo de abril
y blanca flor del espino,
y el fruto que nadie sabe
tras la flor eres tú mismo.

Tu cuerpo es salud sin fin,
joven, sin daño de días;
para el que busca vivir
es la raíz de la vida. Amén.

Salmodia:

Antífona 1: María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7. El Mesías, Rey y Sacerdote

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados:
yo mismo te engendré como rocío
antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Antífona 2: Venid a ver el sitio donde yacía el Señor. Aleluya.

Salmo 113 A. Israel librado de Egipto: las maravillas del Éxodo

Cuando Israel salió de Egipto,
los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,
Judá fue su santuario,
Israel fue su dominio.

El mar al verlos, huyó,
el Jordán se echó atrás;
los montes saltaron como carneros;
las colinas, como corderos.

¿Qué te pasa, mar, que huyes,
y a ti, Jordán, que te echas atrás?
¿Y a vosotros, montes,
que saltáis como carneros,
colinas, que saltáis como corderos?

En presencia del Señor se estremece la tierra,
en presencia del Dios de Jacob;
que transforma las peñas en estanques,
el pedernal en manantiales de agua.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Venid a ver el sitio donde yacía el Señor. Aleluya.

Antífona 3: Jesús dijo: «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me veréis.» Aleluya.

Cántico de Apocalipsis 19, 1-7. Las bodas del Cordero

Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,
porque sus juicios son verdaderos y justos. Aleluya.

Aleluya. Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes. Aleluya.

Aleluya. Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,
alegrémonos y gocemos y démosle gracias. Aleluya.

Aleluya. Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido. Aleluya.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Jesús dijo: «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me veréis.» Aleluya.

Lectura breve: Carta a los Hebreos 5, 8-10

Cristo, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna, proclamado por Dios sumo sacerdote, según el rito de Melquisedec.

En lugar del responsorio breve, se dice la siguiente Antífona:

Antífona: Éste es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico Evangélico (Magníficat):

Antífona: Aquel discípulo que Jesús tanto amaba dijo: «Es el Señor.» Aleluya.

Magníficat:

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

(Se repite la antífona correspondiente)

Preces:

Invoquemos a Cristo, camino, verdad y vida, y digámosle:
Hijo de Dios vivo, bendice a tu pueblo.

Te rogamos, Señor, por los ministros de tu Iglesia: que, al partir para sus hermanos el pan de vida,
-encuentren también ellos, en el pan que distribuyen, su alimento y fortaleza.

Te pedimos por todo el pueblo cristiano: que ande, Señor, como pide la vocación a la que ha sido convocado,
-y se esfuerce en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.

Te pedimos por los que rigen los destinos de las naciones: que cumplan su misión con espíritu de justicia y con amor,
-para que haya paz y concordia entre los pueblos.

Señor, que podamos celebrar tu santa resurrección con tus ángeles y tus santos,
-y que nuestros hermanos difuntos, que encomendamos a tu bondad, se alegren también en tu reino.

Padre nuestro...

Oración:
Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual has restaurado tu alianza con los hombres, concédenos realizar en la vida cuanto celebramos en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.