Juan, tres del dieciséis al diecisiete

(Juan 3,16 -17: Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él)
Juan, tres del dieciséis al diecisiete,
declaración de un intenso amor;
amor extremo de Dios creador
por el hombre, su reacio mozalbete;

a éste el pecado lo ató con grillete
y, a él, Dios le envía como salvador
a su Hijo, no como condenador,
aunque se merezca el fuego y el fuete.

Creer en Jesús es tique de entrada
a vida eterna en divino concierto
de nota alegre y glorificada.

Pero pierde esa fiesta y sigue muerto,
porque él mismo escogió vía errada,
aquel que de Cristo no es un inserto.