Juan, tres del dieciséis al diecisiete,
declaración de un intenso amor;
amor extremo de Dios creador
por el hombre, su reacio mozalbete;
a éste el pecado lo ató con grillete
y, a él, Dios le envía como salvador
a su Hijo, no como condenador,
aunque se merezca el fuego y el fuete.
Creer en Jesús es tique de entrada
a vida eterna en divino concierto
de nota alegre y glorificada.
Pero pierde esa fiesta y sigue muerto,
porque él mismo escogió vía errada,
aquel que de Cristo no es un inserto.