En vientres hay fiesta
llegada María
adonde su tía;
de ángeles, la orquesta.
Dos damas con fetos,
siendo uno Señor
y otro precursor
que ahora están inquietos.
Son niños saltando
en santas placentas;
las madres contentas,
los cuatro gozando.
Del cielo, hay un canto,
y ellas con sus risas
ya sienten las brisas
de Espíritu Santo.
Voz de profecía
que todo lo aclara:
Isabel declara
bendita a María,
Madre del Señor;
y a su humilde lar,
para ellos entrar,
no merecedor.
Hay gozo en avance
previo a la misión
de la salvación;
esa será un trance
pero no percance,
sino redención,
que hoy por esa gesta
sigue aquella fiesta.