(Marcos 5,36b: dijo al jefe de la sinagoga: «No temas, basta que creas»)
mi anhelo sea en Ti:
cuando Tú no estás,
yo te busque a Ti;
cuando Tú me hables,
yo te escuche a Ti;
cuando haya pecado,
me convierta a Ti;
en la confusión,
que yo crea en Ti;
cuando asome duda,
tenga fe en Ti;
en necesidad,
yo te pida a Ti;
cuando Tú demoras,
que espere por Ti;
en cada fracaso,
me refugie en Ti;
¿desesperación?,
yo confíe en Ti;
y siempre, Señor,
me abandone en Ti.
Amén.