(Lucas 11,47: ¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado!)
Es, la voz de un profeta,
un oráculo de ciencia
que taladra la conciencia;
aunque él no parezca asceta,
ponte a la escucha, respeta,
reflexiona y sé sensato,
pues no es propio su mandato,
es de lo alto proveniente;
y siempre te es conveniente
aunque hoy no te sea grato.
Amén.
que taladra la conciencia;
aunque él no parezca asceta,
ponte a la escucha, respeta,
reflexiona y sé sensato,
pues no es propio su mandato,
es de lo alto proveniente;
y siempre te es conveniente
aunque hoy no te sea grato.
Amén.