(Marcos 10,7-8: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne)
Es gran misterio el amor de pareja
cuando unen su amor en un Sacramento;
como noche y día en ciclo perfecto,
permanentemente se complementan;
en igual nivel, ambos se apacientan;
él es cabeza y ella es santo cuerpo
que en divina empresa de juramento,
cuando falta uno, se torna incompleta;
el afecto de Cristo por su Iglesia
para ellos es la meta y el modelo:
amarse siempre, no sólo un momento,
para ellos es la meta y el modelo:
amarse siempre, no sólo un momento,
ejerciendo el perdón y la paciencia.
Amén.
Amén.