Ninguna soledad como la mía

(Del escritor y poeta mexicano Carlos Pellicer (1899-1977))
Ninguna soledad como la mía. 
Lo tuve todo y no me queda nada. 
Virgen María, dame tu mirada 
para que pueda enderezar mi guía. 

Ya no tengo en los ojos sino un día 
con la vegetación apuñalada. 
Ya no me oigas llorar por la llorada 
soledad en que estoy, Virgen María. 

Dame a beber del agua sustanciosa 
que en cada sorbo tiene de la rosa 
y de la estrella aroma y alhajero. 

Múdame las palabras, ven primero 
que la noche se encienda y silenciosa 
me pondrás en las manos un lucero.