¿En qué pensabas, Inmaculada,
al recostar por primera vez al Niño divino en en el heno?
¿Qué sentimientos inundaban tu corazón cuando lo envolvías en pañales,
lo estrechabas contra tu corazón y lo dabas el pecho?...
¡Qué sentimientos de humildad, amor y agradecimiento
debieron de inundar tu corazón en aquel momento...
contemplando la humildad, el amor
y el agradecimiento de Dios encarnado para contigo.