Conversando familiarmente con Jesús y la Virgen

(Expresión del beato Bartolomé Longo)
Como dos amigos, frecuentándose,
suelen parecerse también en las costumbres,
así nosotros, conversando familiarmente con Jesús y la Virgen,
al meditar los misterios del Rosario,
y formando juntos una misma vida de comunión,
podemos llegar a ser, en la medida de nuestra pequeñez, parecidos a ellos,
y aprender de estos eminentes ejemplos el vivir humilde,
pobre, escondido, paciente y perfecto.