(Pensamiento del padre Pío de Pietrelcina)
Como las abejas que sin titubear atraviesan una y otra vez
las amplias extensiones de los campos
las amplias extensiones de los campos
para alcanzar el bancal preferido y después,
fatigadas pero satisfechas y cargadas de polen,
vuelven al panal para llevar a cabo allí en una acción fecunda y silenciosa
la sabia transformación del néctar de las flores en néctar de vida;
así vosotros, después de haberla acogido,
guardad bien cerrada en vuestro corazón la Palabra de Dios.