Texto del Beato Enrique de Ossó
¿Qué haces después de comulgar?
¿Adoras a Dios? ... ¿Le das gracias?... ¿Pides mercedes? ... ¿Le ofreces cuanto eres y vales?... ¿Cuál es el primer saludo que diriges a Dios?...
Cierras los ojos del cuerpo para que las cosas exteriores no te distraigan.
¿Llamas a todos tus sentidos y potencias a fin de que rindan sus homenajes y se ofrezcan al servicio de Aquel que los creó?...
¿Qué haces... qué dices... qué piensas... qué deseas?...
No dejes perder momento de ocasión tan oportuna, pues en un instante, si sabes negociar bien con Jesús, puedes hacerte rico con todas las riquezas de Dios...
¡Qué tiempo para merecer! Basta una comunión para hacerte santo...
Mira a Jesús en tu corazón como Rey en su trono, que con las manos llenas de gracias te dice con amor: ¿Qué quieres que te haga?... Yo he venido a ti para hacerte feliz, compadecido de tus miserias... Pide, pide cuanto necesites, que todo te lo daré... Me he dado a Mí mismo: ¿cómo podré negarte mis cosas?
Comulgaré a menudo preparándome antes con gran fervor, y dando gracias después por espacio de un cuarto de hora por lo menos.