(Salmo 51,6: Contra ti, contra ti solo pequé e hice lo que es malo a tus ojos)
o a algún fiscal criminal
para un acto penitencial
con una revisión sincera.
Mi mente anduvo bien ligera,
su vuelo fue alto demás;
lo limpio y puro quedó atrás;
ha sido muy mala viajera.
La que a la entereza hace mengua,
corta que corta a todo dar
por no actuar y controlar;
filosa cuchilla: mi lengua.
¿Alguna acción que hoy me apena?
ciertamente hubo en mi actuar;
bastante hay para mejorar:
la lista está bastante llena.
Y, de todo, lo que más pesa:
el bien no hecho, eso es mortal;
la lista está bastante llena.
Y, de todo, lo que más pesa:
el bien no hecho, eso es mortal;
pues la indiferencia es fatal,
hace, a la humanidad, lesa.
¡Señor, no quiero esta condena!
¿Ya no te veo caridad?
¡Señor, no quiero esta condena!
¿Ya no te veo caridad?
¿Adónde fuiste con piedad?
¡Vengan ya, a aliviar mi pena!
Amén.
Amén.