Lectura orante del Evangelio del Martes de la Semana 12 del Tiempo Ordinario: Mateo 7,6.12-14


Tu Sano Espíritu clamamos, Señor, en este momento de oración que ahora iniciamos con tu Palabra de hoy. Que el Paráclito instructor que nos has dejado, nos auxilie a discernir y acoger el mensaje que nos mandas con el Evangelio de este día, y convertirlo en obra de nuestra vida diaria. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Mateo 7,6.12-14: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran».

b) Contexto histórico y cultural

El Sermón de la Montaña contiene una recopilación de enseñanzas religiosas y morales que Jesús transmitió a sus seguidores: Mateo las presenta agrupadas en los capítulos 5, 6 y 7 del Evangelio; han sido consideradas por algunos, como la "carta magna" del contenido doctrinal de su ministerio.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

El camino y la puerta

Ya me mostraste el camino y la puerta
del andar humano hacia lo divino;
yo soy inicio, y Tú el objetivo;
vía de cruces e inclinadas cuestas
que hago más dura con mis propias vueltas.
Cambiar mi ruta, intenta el maligno,
buscando desviar a otro destino
con engañosas, bonitas, sus puertas,
¡el falaz mundanal quiere que muera!
Pero, por Ti, ya yo he sido advertido:
sólo Tú eres, a la vida, el camino,
y, de la salvación, la puerta estrecha.

Amén.

3. Oración

Camino bueno, o camino malo

Camino bueno, o camino malo;
del que sigo, yo decido el trazo;
si tomo el bueno, el cielo alcanzo,
y si es el malo, voy al fracaso;
Señor no quiero perder tu abrazo,
si me desvío, corrige el paso.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A seguir a Jesús,
que es camino y meta,
estoy invitado en este día.
¡Hacía ti voy, Señor!,
también eres el vehículo
y el  conductor.
Amén.