Grandeza de Dios

(De "Forja" por San Josemaría Escrivá de Balaguer)
Pásmate ante la magnanimidad de Dios:
se ha hecho Hombre para redimirnos,
para que tú y yo
¡que no valemos nada, reconócelo!
le tratemos con confianza.

Reconciliado un perdido

(Juan 20,23: Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan)
Reconciliado un perdido;
en este mismo momento
bendigo este Sacramento
pues hondo estaba sumido.
Como Pedro, comprendido
por ti, habiéndote negado,
así he sido perdonado;
Señor, agradecido estoy
por este regalo de hoy.
¡Protégeme del pecado!

Amén.

¡Lo tenga yo siempre en cuenta!

(Juan 19,17-18a: Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado «del Cráneo», en hebreo «Gólgota». Allí lo crucificaron)
El incómodo madero,
que no tiene ergonomía,
incrementa la agonía
con dolor aún más severo;
y esos clavos, ¡oh Cordero!,
te procuran muerte lenta,
pero sumamente cruenta
con un sufrimiento recio.
Me salvaste a alto precio;
¡lo tenga yo siempre en cuenta!

Amén.

"Deja vu" de los ramos

(Lucas 19,38: Y decían: ¡Bendito sea el Rey que viene en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!)
"Deja vu" de los ramos,
son hechos que duplicamos:

A su llegada lo aclamaron,
de sus palabras se admiraron,
y más tarde le mataron
cuando lo crucificaron.

Ahora decimos que le amamos,
y después que le rezamos
nosotros mismos lo matamos
con el pecado con que actuamos.